Te has preguntado alguna vez ¿Cómo ven los gatos?… Si la respuesta es afirmativa entonces te recomendamos leer este artículo para que puedas aprender mucho más sobre tu querida mascota de cuatro patas.
‘El ojo del gato‘ es el nombre de un famoso dibujo animado y el protagonista de muchos memes en las redes sociales, siempre son ellos sobre lo que más se habla en internet –El ojo del gato-, pero poca gente sabe cómo perciben la realidad.
¿Cómo ven los gatos? ¿Qué perciben? ¿Qué colores ven?
El famosísimo artista estadounidense Nickolay Lamm ha reproducido en su blog una serie de imágenes en las que compara la realidad que ven los humanos con la que ven los gatos.
El efecto es una auténtica locura. Esta guía le explicará cómo ven los gatos, cómo son sus ojos y cómo cuidarlos.
Si su gato muestra síntomas de enfermedad o inflamación, es comprensible que necesite acudir inmediatamente a un veterinario para recibir un tratamiento específico.
¿Cómo lo ven los gatos?
Los gatos no son daltónicos, como se creía hasta ahora, sino que tienen una notable visión propia y perciben los colores de forma diferente.
Los gatos tienen un espectro visual mucho más amplio que el nuestro y sus ojos son más sensibles.
También pueden experimentar enrojecimiento, lagrimeo y secreción ocular. Los problemas oculares en los gatos pueden darse tanto en ambos ojos como en uno solo.
Si esto ocurre, es importante ponerse en contacto con el veterinario para una revisión exhaustiva. No dejes de darle importancia a tu preciado amigo.
La vista de los gatos y la vista de los perros: Todas las diferencias.
El campo de visión del gato es de 200 grados. En cambio, su visión periférica es de 30 grados por lado. Perros y gatos son depredadores y su visión es muy similar.
Se diferencian principalmente en su capacidad para regular la luz e identificar los colores. Los ojos de los gatos ven muy bien en la oscuridad, pero pierden este potencial cuando hay mucha luz.
Cuando los gatos salen de noche, nunca están completamente a oscuras y pueden confiar en la más mínima luz para moverse. Así, los gatos tienen un campo de visión más amplio que los perros.
Durante las primeras semanas de vida, ambos son cuidados por sus madres y tienen los ojos cerrados. Los gatos tienen más dificultades para enfocar objetos lejanos.
Esto se debe a una capa de células en la parte posterior de la retina llamada cristalino, que aumenta la cantidad de luz que recibe la retina. Este «reflector» aumenta la visión nocturna y disminuye la diurna.
La vista del gato y la vista del hombre: Diferencias
La vista del gato y la del hombre difieren en muchos aspectos, todos los cuales se remontan a un supuesto: el gato es considerado un depredador.
En la naturaleza, los depredadores han desarrollado características que les permiten sobrevivir en condiciones difíciles. Pongamos un ejemplo: los gatos pueden ver fácilmente en condiciones de poca visibilidad o luz, a diferencia de los humanos.
Además, la visión periférica -es decir, la capacidad de mirar en los límites del campo visual sin mover la cabeza- es, para los gatos, de 30 grados, y para los humanos sólo de 20.
El gato tiene más probabilidades de detectar presas incluso más allá de su plano visual. Por otra parte, su espectro cromático es menos amplio que el nuestro (ven menos matices) y tienen más dificultades con los objetos lejanos.
El espectro de colores
Los gatos no poseen la fóvea (una región de nuestra retina) que les permitiría captar mejor los colores gracias a los fotorreceptores; en cambio, tienen un gran número de bastones que les permiten captar rápidamente los objetos en movimiento.
Cualquiera que haya intentado agitar una pluma delante de él sabrá de lo que estamos hablando.
El gato ve bien el azul, el amarillo y el verde. En cambio, el rojo, el marrón y el naranja no los percibe en absoluto. Los capta de forma confusa y los asimila con el verde.
El violeta, en cambio, se convierte para ellos en azul. En este sentido se parecen mucho a los perros (que en cambio lo ven todo en tonos amarillos, grises y azules) y poco a los humanos, que tienen un espectro cromático mucho más amplio.
Nosotros percibimos un universo más colorido gracias a los numerosos conos de la fóvea; en cambio, los gatos, que tienen más bastones, son capaces de captar movimientos muy rápidos y tienen una mejor visión nocturna aunque con una resolución menos detallada.
Cómo cuidar la vista de un gato.
Si su gato tiene a menudo el ojo irritado y es propenso al lagrimeo fácil, conviene llevarlo al veterinario. Sólo un especialista puede determinar la naturaleza del problema e intervenir correctamente. De hecho, los síntomas son a menudo consecuencia de una enfermedad o trastorno de su gato que es necesario analizar y tratar.
Los ojos, como hemos visto, son el instrumento a través del cual el gato utiliza uno de sus sentidos más importantes; por eso es esencial cuidarlos lo mejor posible.
La limpieza de los ojos del gato no tiene por qué hacerse a diario; basta con dedicarle unos minutos cuando sea necesario.
Cuando te des cuenta de que los ojos de tu gato están sucios, puedes utilizar un pequeño trozo de gasa empapado en agua bórica, moviéndolo (sin frotar) desde el bulbo hacia la nariz. Cada ojo necesita un trozo de gasa diferente.
Si tienes dificultad, puedes acercarte por detrás haciendo movimientos muy lentos. Además de agua bórica puedes utilizar productos naturales como agua tibia, malva fría o manzanilla.
Cuando hayas terminado, seca la zona con palmaditas y mima a tu gato: la limpieza de tu gato no debe vivirse como un momento traumático, sino necesario y natural, como parte de una rutina.
En el caso de enfermedades oculares que se manifiesten como lagrimeo o conjuntivitis, puede ser necesario utilizar colirios. El proceso será el mismo, pero necesitarás un medicamento recetado por su veterinario.
Acude a él con un documento actualizado del historial médico de tu amigo de cuatro patas y sigue todas las instrucciones. Los gatos no son receptivos cuando se trata de medicación, pero necesitan mejorar, como cualquiera de nosotros.