Hay muchas teorías acerca de ir al veterinario con tu gato, muchas veces teniendo poco que ver con la realidad. El caso suscita una controversia considerable entre los dueños de mascotas, como lo demuestran los intercambios animados y, a menudo, incluso histéricos en varios foros de Internet.

Algunas personas piensan que se debe visitar al veterinario aunque sea una vez a la semana, mientras que otros se aferran a la versión de que cuanto menos ve nuestro ronroneo al veterinario, más saludable es para él.
La frecuencia con la que debes llevar a tu gato al veterinario
La frecuencia con la que debes llevar a tu gato al veterinario depende de varios factores, como la edad y la salud de tu gato, así como de tu propio estilo de vida y horarios. En general, es recomendable llevar a tu gato al veterinario al menos una vez al año para un examen de seguimiento y para actualizar sus vacunaciones. Sin embargo, algunos gatos pueden necesitar visitas más frecuentes, especialmente si tienen problemas de salud o si son más jóvenes.
Aquí hay algunas otras consideraciones para determinar la frecuencia con la que debes llevar a tu gato al veterinario:
- Edad del gato: Los gatos mayores pueden necesitar visitas más frecuentes al veterinario debido a posibles problemas de salud relacionados con la edad. Los gatos más jóvenes, por otro lado, pueden necesitar visitas menos frecuentes.
- Salud del gato: Si tu gato tiene una enfermedad crónica o cualquier otro problema de salud, es posible que necesite visitas más frecuentes al veterinario para controlar su condición y recibir tratamiento.
- Estilo de vida del gato: Si tu gato es un gato de interior y no sale al exterior, puede tener menos posibilidades de contraer enfermedades o lesiones que requieran atención veterinaria. Sin embargo, si tu gato sale al exterior, es más propenso a sufrir lesiones o a contraer enfermedades, por lo que puede necesitar visitas más frecuentes al veterinario.
En general, es importante mantener una comunicación abierta con tu veterinario sobre la salud de tu gato y hacer arreglos para llevarlo al veterinario según sea necesario. Tu veterinario puede ayudarte a determinar la frecuencia óptima de visitas para tu gato y a mantenerlo sano y feliz.
Por supuesto, ninguna exageración es una buena idea. Hay que saber mantener la media dorada y no entrar en pánico, pero también recordar que la salud de la mascota está en nuestras manos, por lo que no debemos descuidarla y mucho menos evitar la ayuda de un especialista cuando realmente se necesita. El sentido común y la calma deben ser nuestros mejores consejeros.
Distinguir
En primer lugar, debe distinguir entre dos situaciones: cuando el gato es saludable y cuando muestra que algo anda mal. Un gato sano, por lo tanto, sin problemas para defecar, orinar, con inmunidad alta, huesos, sistema digestivo o pelo sanos, no tiene que visitar al veterinario con demasiada frecuencia.
Revisiones una vez al año
Recuerda que una visita así siempre supone mucho estrés para una mascota, por lo que no tiene sentido exponerla a tal desagrado cuando no está pasando nada que nos moleste. En el caso de una mascota sana, basta con acudir a revisiones una vez al año y posibles vacunas periódicas. Si nos preocupa si el gato está bien durante las temporadas de transición, cuando aumenta la incidencia, podemos visitar a un especialista dos veces al año, pero este es el máximo total.
Regularidad
Esta regularidad se aplica especialmente a los gatos que salen al exterior, por ejemplo al jardín, porque están más expuestos al contacto con diversos patógenos. Nuestra mascota no necesita más visitas y solo pueden empeorar su estado de ánimo, estresarse y convertirse en una importante carga económica.
Hay dueños que acuden al veterinario con problemas que pueden solucionarse fácilmente en casa y se refieren principalmente al cuidado del gato.
Si bien algunas personas pueden tener problemas con las garrapatas, especialmente cuando lo hacen por primera vez, llevar un ronroneo para limpiar sus orejas o cuidar sus patas a un especialista no tiene ningún sentido. Incluso podemos aprender a usar gotas para los ojos o inyecciones nosotros mismos, un breve entrenamiento por parte del veterinario durante la primera visita es suficiente.
Un gato enfermo necesita una visita al veterinario
¿Tiene algún signo de enfermedad? ¿No quiere comer, está perdiendo peso o tiene otros signos visibles de que su cuerpo está mal? En ese caso, deberíamos llevarlo al veterinario lo antes posible.
No debemos tratar de curar a la mascota nosotros mismos o esperar a que se desarrollen los síntomas poco claros de la enfermedad. Algunos de ellos pueden tardar meses en desarrollarse, destruyendo el cuerpo de su mascota. Siempre es mucho más fácil curar una enfermedad en sus primeras etapas, sin importar cuáles sean los antecedentes.
Durante una visita de este tipo al veterinario, vale la pena someterse a todas las pruebas necesarias, aunque resulten un poco gravosas, porque el tratamiento posterior y su eficacia dependen de la detección de las causas del malestar.
Eventualmente, el cuerpo también se acostumbra a diferentes medicamentos y, a veces, necesita cambiarse. También merece la pena visitar al veterinario más a menudo si tenemos una mascota de edad avanzada. Esto no significa, sin embargo, que tengamos que venir a la clínica con él todos los meses. El estrés puede dañarlo más de lo que podrían ayudar las visitas de seguimiento. También debemos recordar que en las clínicas veterinarias puedes encontrarte con animales realmente enfermos, que infectan.
Después de todo, no queremos que nuestra mascota les agarre algo, ¿verdad? Así que sé moderado y no te conviertas en hipocondríaco, pero también mantén el dedo en el renglón y si notas algún signo dudoso de mal estado en tu gato, asegúrate de llevarlo a la visita lo antes posible.